U3 · Saarlandstrasse
En el idioma de los que lo han perdido todo
dejaron de usar la palabra que nos hubiera salvado
—así que lo rodeo con mis brazos para que no se escape,
como un pájaro que haya caído en una montaña de hojas húmedas—.
Mi corazón es un barrio gentrificado
donde cada vez es más caro vivir.
No hay nada que no me dejara hacer por ti.
Estoy cansado por fuera y ardiendo por dentro.
Si estuviéramos en guerra, sería el silencio que precede al alto el fuego
(ese silencio del que nadie se acuerda).
Nos han quitado tanto tantas veces, ¿verdad?
Se han reído de nosotros desde que éramos pequeños.
Pero mira, se avanza de esta forma:
primero ves el agujero
luego saltas dentro de él
con suerte solo te haces una herida
y aprendes a salir de ahí sin ayuda.
Las uñas rotas de trepar por las paredes,
pero con más fuerza en los brazos.
Cuando te recuperes, buscas otro hoyo y empiezas de nuevo.
No me busques entre los que van a morir intactos.
Hace frío y se alarga el invierno en esta ciudad de agua y silencio.
Hay comida en la nevera y huele a ropa seca.
Han vuelto los pájaros.
Nadie mira a través de las ventanas ajenas.
Voy a seguir intentándolo.
(Tomado de las notas de mi teléfono)