Politiza tu masturbación
¿Por qué hemos logrado cambiar nuestra mentalidad a la hora de comprar alimentos, ropa o cosméticos, y todavía no somos igual de exigentes con la pornografía que consumimos?
Dejando a un lado las necesidades fisiológicas, la masturbación podría pasar por ser la actividad más transversal de la humanidad. Todo el mundo se masturba, sin importar su género, condición social, convicciones religiosas o lugar de residencia. Los que aseguran no masturbarse, también lo hacen. Sin embargo, esta experiencia común no comparte los mismos medios. Desde que internet modificó nuestras vidas y, más concretamente, desde la consolidación del uso de smartphones, la industria del porno ha crecido a un ritmo exponencial, la mayoría de las veces en la dirección equivocada.
I.
En el año 2022, los datos que la propia industria del porno compartía eran los siguientes:
2,5 millones de personas visitan alguna de las webs porno más populares cada 60 segundos –el equivalente a una ciudad como Roma–.
Un 50% del contenido que se puede encontrar en internet es pornográfico.
Desde el año 2005, la búsqueda de escenas pornográficas donde aparecen adolescente se ha triplicado.
Con cada segundo que pasa, la industria del porno genera 3.000 dólares.
El 42.7% de las personas que utilizan internet cada día, lo hacen con el propósito de ver pornografía.
El 88.2% del contenido pornográfico disponible exhibe actos agresivos o de violencia, de los que un 70% son cometidos por hombres.
No hay ninguna otra industria que no tenga que ver con las armas, las drogas o el transporte de mercancías, que pueda presumir de unos datos semejantes. Por supuesto, la industria del porno es La Primera Industria Audiovisual del planeta. No es un nicho, no es una excepción, no es hacer zoom para ver el detalle. Estos son los números a todo macro.
Lo que me interesa de este asunto es contar cuáles son las condiciones en las que trabajan las decenas de miles de mujeres que en todos estos años han aparecido alguna vez en mi pantalla y me han llevado a un momento de excitación tan irrepetible como el anterior. ¿Y esto por qué? Porque no hay que ser el lápiz más afilado del estuche para intuir que estas condiciones no son del todo favorables para ellas y que nos hemos estado pajeando con el contenido que no es, sin hacernos la misma clase de preguntas que nos hacemos cuando vamos a comprar ropa, alimentos o cosméticos. ¿Por qué exigimos que las cremas hidratantes no hayan sido probadas en animales pero no mantenemos ese estándar moral a la hora de pensar en las condiciones de la mujer de la escena que nos ha llevado al último orgasmo?
II.
Quiero que veas este vídeo (si no entiendes inglés, mándame un mensaje e intento traducírtelo):
“La única diferencia entre una violación y aquello era el dinero”.
Contando con que tenemos los cinco sentidos funcionando a pleno rendimiento, existen 3 maneras de consumir porno:
Entrar en alguna página tipo PornHub y ver porno sin pagar. Esto es lo que hace la inmensa mayoría de las personas que consumen pornografía en internet y este hábito es el mayor coladero de contenido problemático: escenas de violencia no consentida, violaciones, chavalas adolescentes que no tienen la edad legal, mujeres víctimas de trata, etc. Incluso cuando crees que no está sucediendo algo de ese tipo, sucede. No digo que todo el contenido disponible de manera gratuita sea eso; digo que entre el contenido que está OK, hay contenido cuestionable. Y no tenemos ninguna manera de verificarlo. En esta modalidad, la industria. del porno genera ingentes cantidades de dinero mediante los anuncios que te coloca antes de que empiece el vídeo que has seleccionado.
Pagar un suscripción para tener acceso a contenidos exclusivos. La propia web PornHub cuenta con esta posibilidad. La diferencia con la opción 1 no es que los contenidos estén controlados, sino que los contenidos son diferentes y, por tanto, existen exactamente las mismas posibilidades de toparse con contenido cuestionable. Es importante tener en cuenta lo siguiente: Cuando un consumidor o una consumidora paga para ver pornografía en esta modalidad, el dinero que aporta alimenta la industria que se beneficia y perpetúa el abuso, la explotación y el tráfico de personas en todo el mundo. Apoyar a sitios porno en modalidad de PPV o pay per view, significa apoyar financieramente de manera directa a una industria que a menudo ignora las experiencias abusivas de intérpretes como Jessica, pone en listas negras a los intérpretes que hablan sobre prácticas abusivas, o es cómplice en la explotación de niños.
Pagar por ver contenido pornográfico en una web de porno ético. Si todavía tenías dudas al respecto, esta es la opción que defiendo.
7 DE FEBRERO DE 2014. CONOZCO A ERIKA LUST EN ‘TORRES Y REYES’ Y QUEDO EXPUESTO POR PRIMERA VEZ AL PORNO ÉTICO.
Vivimos en sociedades sexistas donde la violencia contra las mujeres está normalizada. Dicha violencia es estructural y está arraigada en nuestras culturas, por lo que requiere un largo proceso de reeducación y cambio de las dinámicas de poder existentes para erradicarla.
Desde la década de los 70, ha habido instancias y movimientos que afirman que el porno es la fuente del problema. Sin embargo, no hay pruebas de que los hombres que consumen porno cometan más crímenes violentos contra las mujeres y desde la aparición del porno gratuito en internet y el aumento de su consumo, no ha habido un aumento en la violencia sexualizada hacia las mujeres.
La idea de que el porno es perjudicial para las mujeres podría venir, en cambio, de la creencia asumida de que las mujeres son siempre víctimas cuando se trata de sexo, en lugar de seres sexuales empoderados.
Ante la avalancha de contenido delictivo, la propia industria del porno ha puesto en marcha diferentes mecanismos para crear conciencia entre las y los consumidores. En Estados Unidos opera desde hace más de una década FIGHT THE NEW DRUG (FTND) una organización sin ánimo de lucro, no religiosa y no gubernamental, creada para proporcionar información que permita a las personas tomar una decisión informada respecto al porno, elevando la conciencia sobre sus efectos perjudiciales utilizando únicamente ciencia, datos y relatos personales.
El objetivo de FTDN es disminuir la demanda de explotación sexual mediante la educación, al mismo tiempo que ayudar a las personas a vivir vidas empoderadas, libres de los efectos perjudiciales de la pornografía.
FIGHT THE NEW DRUG se basa en la investigación, se centra en la educación, es positiva respecto al sexo y preserva la libertad.
Lee este artículo: 10 famosas actrices porno hablan de la brutalidad que se esconde detrás de sus escenas más populares.
III.
¿Y qué pasa con OnlyFans?
OnlyFans es una plataforma de contenido que fue fundada en 2016 por el empresario británico Tim Stokely. Fue creada con la intención de proporcionar un espacio donde los creadores pudieran ofrecer contenido exclusivo a sus seguidores a cambio de una suscripción mensual. Stokely tenía en mente a artistas, músicos, modelos e influencers, pero OnlyFans ha sido vampirizado por modelos eróticas y trabajadoras sexuales, que hacen dinero gracias al contenido exclusivo que publican en la plataforma.
A pesar de que este enfoque ha generado debates sobre las implicaciones éticas, OnlyFans también ha sido elogiada por proporcionar una forma controlada para que las trabajadoras sexuales y otros creadores de contenido para adultos generen ingresos.
La pandemia de COVID-19 de principios de 2020, contribuyó a un aumento significativo en el número de creadores y usuarios en la plataforma, ya que muchas personas buscaban nuevas formas de entretenimiento en línea y oportunidades para generar ingresos desde casa.
Sin embargo, OnlyFans tiene también su lado oscuro: los creadores de contenido no solo están sujetos a acoso sexual por parte de los suscriptores, sino que también pueden ser obligados a crear contenido para retener a dichos suscriptores. Además, se ha descubierto que OnlyFans es utilizado por traficantes de personas y está probado que la web alberga innumerables perfiles de creadores de contenido menores de edad –es decir: “pornografía infantil” e imágenes de explotación infantil–.
IV.
¿De qué hablamos cuando hablamos de porno ético o porno correcto?
Estos son los estándares de la industria del porno ético o porno correcto actual:
Las/ los intérpretes y cineastas reciben un pago justo. Las películas para adultos producidas éticamente reconocen a las/ los intérpretes como trabajadoras/-es que deben ser compensados justamente, al igual que cualquier otra actriz o actor o cualquier otro tipo de empleado de la industria.
No es gratis. Hay algunas excepciones pero, en general, ver películas porno éticas implica un desembolso para asegurar que los intérpretes y cineastas sean pagados de manera justa y la película se produzca en un espacio seguro.
Se realiza en un ambiente seguro que trata a los intérpretes con respeto. "Priorizar la seguridad física y emocional de las/ los intérpretes es esencial al crear porno ético". Esto significa que a las/ los intérpretes no se les presiona para hacer cosas que no quieren hacer ni se les pone en situaciones de riesgo o comprometedoras. Las/ los intérpretes son personas con sentimientos y opiniones que merecen ser escuchadas/-os como cualquiera. Asegurarse de que estén cómodás/-os y relajadas/-os es necesario para crear algo ético.
Muestra el placer sexual real. Un componente clave del porno ético es acentuar cómo se ve el placer, particularmente el placer de las mujeres. Hay muchos menos orgasmos falsos y muchas más risas y complicidad. El sexo puede ser desordenado, romántico y apasionado.
Está creado para todo tipo de espectadoras/-es. El porno convencional nos ha dejado con una perspectiva dominada por hombres sobre cómo se supone que debe verse, sentirse e incluso sonar el sexo. El porno ético, por otro lado, a menudo muestra cómo se ve el sexo desde varias perspectivas y entiende que las mujeres no sólo ven porno, sino que lo disfrutan.
Muestra diversidad en tamaño corporal, raza, sexualidad, edad y capacidad. El porno convencional tiende a olvidarse de cómo se ve el resto del mundo, la fluidez de la sexualidad y el hecho de que cada grupo de edad disfruta del sexo. Por eso las plataformas de porno ético buscan presentar a personas de todos los ámbitos de la vida. Cuanto más inclusivo, mejor. Después de todo, es agradable ver a alguien que se parece a nosotros en la película que estamos viendo.
Todo se crea y comparte de manera consensuada. El consentimiento es una parte crucial en todo esto y el porno mainstream no garantiza que se den las condiciones de consenso y consentimiento requeridas. El porno ético no tiene nada de eso: todo lo que sucede está bajo el consentimiento entusiasta de las personas involucradas, que son lo suficientemente mayores para consentir en el sexo y se les da la oportunidad de expresar qué actividades sexuales prefieren en cualquier momento.
IV.
La zona gris del porno ético
El hecho de que una plataforma o productora etiquete sus películas como porno ético no significa que realmente se haya producido bajo ese estándar, especialmente porque no existe consenso a la hora de definir qué es exactamente lo que hace que una película porno sea ética.
"Del mismo modo que 'orgánico' parece no tener un significado claro para la comida, no estoy segura de qué significa 'ético' para el porno", dice la investigadora y neurocientífica Nicole Prause, Ph.D.
Prause dice que las plataformas de porno ético deberían aclarar qué es lo que hace que sus películas sean éticas y "ayudar a los consumidores siendo más específicos sobre cómo creen que están satisfaciendo las preocupaciones éticas" de las y los suscriptores.
Como solución a corto plazo, la sexóloga Kamil Lewis hace hincapié en la importancia de que cada cual haga su propia investigación. "Eso significa seguir a tus intérpretes favoritos en redes sociales, por ejemplo. Las redes dan voz a las/ los intérpretes, por lo que podrías ser capaz de ver cuáles son sus pensamientos sobre escenas particulares o plataformas determinadas", explica. "También te dará la oportunidad de seguir algo de su trabajo que se produce de manera independiente y no en sitios convencionales."
V.
A pesar de las dudas, no hay nada que me resulte más excitante que saber que la mujer que estoy viendo en mi pantalla está ahí porque así lo ha decidido. No te engaño si te digo que me excito mucho más desde que sé que el porno que consumo está en línea con los valores que defiendo cuando no tengo el pene en la mano. Tanto es así que ha cambiado incluso mi reacción al cuerpo femenino: prefiero exponerme a mujeres libres tengan el cuerpo que tengan, a cuerpos perfectos que se ejercitan bajo violencia, amenazas o coacciones. Si comprando los discos de mis artistas favoritos considero que estoy fomentando una cultura que me representa, ¿por qué no iba a pagar por una subscripción a una de estas webs de porno correcto? Al final tenemos más poder del que creemos, incluso al caer la noche.