La diferencia entre el martirio y el suicidio es la cobertura en prensa
El militar estadounidense Aaron Bushnell se prendió fuego frente a la embajada de Israel en Washington mientras gritaba: "Free Palestine!". Lo siento, pero creo que no es por ahí.
El martirio se refiere al sufrimiento o la muerte de una persona por sus creencias, principios o causa. Históricamente, el concepto está asociado con las religiones, en especial con los primeros cristianos que murieron por rehusar renunciar a su fe frente a la persecución. No obstante, el concepto de martirio también se aplica en contextos más amplios, incluyendo a individuos que soportan grandes sufrimientos o sacrifican su vida por causas políticas, ideológicas o sociales.
I.
El martirio es considerado por muchos como un acto de fe y devoción extremos, en el cual la/el mártir demuestra su compromiso inquebrantable hacia sus creencias o valores, hasta el punto de enfrentar la muerte en lugar de renunciar a ellos. En muchas tradiciones, los mártires son venerados y recordados como ejemplos de virtud, coraje y fidelidad a sus principios.
Volvamos a Bushnell. El vídeo es durísimo, y eso que sólo he visto la versión blureada. Los gritos son exactamente como imaginas que grita alguien que se está achicharrando, y su eco se queda durante un rato rebotando en las paredes interiores de tu cabeza. Si puedes evitarlo, no lo veas. No lo voy a enlazar.
Tras el shock, las preguntas: ¿Qué lleva a un militar estadounidense de 25 años, originario de San Antonio (Texas), a retransmitir su propia muerte mientras grita “Free Palestine!” frente la embajada de Israel en Washington? ¿Cuál era el objetivo? ¿Es un acto de resistencia o estaba diagnosticado? ¿Es un martirio o un suicidio?
Como buen producto de la Gen X, cuando leo o escucho que alguien se ha prendido fuego lo único que me viene a la cabeza es esto:
Todo lo que necesitas saber de esta icónica imagen que le reportó el Premio Pulitzer en 1963 al fotógrafo Malcolm Browne está aquí, junto con otras instantáneas anteriores y posteriores a este momento que reconozco que nunca había visto. Por favor, si eres sensible a según qué fotografías, no hagas click en el enlace.
II.
Las luchas civiles están plagadas de mártires, hombres y mujeres cuya entrega por causas justas ha dejado una marca indeleble en la el relato del siglo XX. Por nombrar sólo a unos cuantos:
Sophie Scholl (1921-1943): Miembro de la resistencia alemana contra el nazismo, conocida por su participación en el grupo La Rosa Blanca, que realizaba acciones de oposición no violentas contra el régimen de Hitler. Fue ejecutada por traición tras ser descubierta distribuyendo folletos antinazis.
Martin Luther King Jr. (1929-1968): Líder del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, fue asesinado por su incansable lucha contra la segregación racial y la desigualdad. Su famoso discurso "I Have a Dream" sigue siendo un símbolo de la lucha por la igualdad y la justicia.
Rosa Luxemburgo (1871-1919): Militante socialista y revolucionaria polaco-alemana, co-fundadora del Partido Comunista de Alemania. Abogó por la justicia social y la democracia, y se opuso firmemente a la Primera Guerra Mundial. Fue asesinada por paramilitares de extrema derecha durante la Revolución Espartaquista.
Óscar Romero (1917-1980): Arzobispo de San Salvador, se convirtió en un mártir tras ser asesinado mientras oficiaba misa. Denunció las violaciones de los derechos humanos y defendió a los pobres y a las víctimas del conflicto armado en El Salvador durante los años previos a la guerra civil.
Dulcie September (1935-1988): Activista sudafricana contra el apartheid, representante del Congreso Nacional Africano en Francia, Bélgica y Luxemburgo. Fue asesinada en París.
Dietrich Bonhoeffer (1906-1945): Teólogo luterano alemán, se opuso al régimen nazi y participó en el movimiento de resistencia, por lo cual fue arrestado y finalmente ejecutado. Es recordado por su profunda reflexión ética y teológica sobre el cristianismo en tiempos de crisis.
Minerva, Patria y María Teresa Mirabal (1926-1960, 1924-1960, 1935-1960): Conocidas como "Las Mariposas", estas tres hermanas dominicanas se opusieron a la tiranía de Rafael Trujillo en la República Dominicana. Su activismo político condujo a su brutal asesinato, que se convirtió en un catalizador para el derrocamiento del régimen de Trujillo.
Steve Biko (1946-1977): Activista anti-apartheid en Sudáfrica, fue un líder influyente en la lucha contra el régimen de segregación racial. Murió en custodia policial, y su muerte atrajo la atención internacional sobre las brutalidades del apartheid.
Benazir Bhutto (1953-2007): Política paquistaní que se convirtió en la primera mujer en liderar un país musulmán moderno. Abogó por la democracia y el progreso social en Pakistán, enfrentándose a constantes amenazas contra su vida. Fue asesinada en un atentado suicida durante un acto de campaña.
III.
Situémonos: La empatía es la capacidad de entender y compartir los sentimientos de otra persona. Implica ponerse en el lugar de otro, intentando comprender sus emociones, pensamientos y perspectivas desde su punto de vista, en lugar de juzgarlos desde el propio. Esta habilidad emocional es fundamental para construir relaciones interpersonales sólidas y saludables, ya que promueve la comprensión y la conexión entre las personas. La empatía puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo la empatía emocional, que se refiere a compartir los sentimientos de otra persona, y la empatía cognitiva, que implica entender el punto de vista y el pensamiento de otro sin necesariamente compartir esos sentimientos.
La máxima expresión de la empatía puede considerarse la compasión activa o el altruismo empático. Este nivel de empatía no solo implica entender y compartir los sentimientos de otra persona, sino también sentir un fuerte deseo de aliviar o reducir el sufrimiento de esa persona mediante acciones concretas. La compasión activa se manifiesta cuando alguien va más allá de sentir o comprender el dolor ajeno y toma medidas para ayudar o mejorar la situación del otro.
A ver si soy capaz de explicarme: sin dudar de la angustia vital que ha llevado a Bushnell a la autodestrucción, creo que su muerte es en vano por muchos motivos. El primero de ellos es que no nos descubre nada nuevo: el genocidio en Palestina está presente en medios, en redes sociales y en la calle. Quizás en otra época una muerte de estas características sí podría suponer un revulsivo para despertar conciencias pero diría que ante el genocidio más documentado de la historia –por los propios genocidas, además–, esta muerte no sirve más que para ilustrar un anecdotario ya de por sí macabro.
Otro motivo es que esta muerte distrae la atención: ocupa un espacio y va a ser utilizado por el mainstream mediático –plegado al relato sionista desde mucho antes del 7 de octubre de 2023– para no hablar del último bombardeo en Rafah, sino para colocar en el centro del debate cualquier chuminada relacionada con la vida del soldado. De hecho, ya está ocurriendo: han tardado menos de 24 horas en hablar de “problemas mentales” y de “trastorno de la personalidad”.
Y por último, y perdón por lo siguiente que voy a decir, creo que el sacrificio de Aaron Bushnell es el resultado de su propia incapacidad para analizar correctamente la realidad. Me sirvo de un tuit para elaborar mi argumento:
No es ninguna novedad que muchos soldados, después de tener experiencias traumáticas en el frente, se acaban suicidando al poco de regresar a sus casas. Ha pasado antes y está pasando ahora. La mayoría de ellos, al parecer, entran en depresiones insuperables debido al conflicto moral que les provoca ser conscientes de las devastadoras consecuencias de sus actos. Pero, un momento: ¿Y qué pensaban que era la guerra? ¿Cuál era la idea que tenían al emprender una carrera en el ejército profesional de los Estados Unidos de América, un país que está presente de manera continuada en todas las guerras posibles desde principios del siglo XX?
Me incomoda ver con qué ligereza se empieza a utilizar la palabra héroe para referirse a este desgraciado muchacho, por parte de estandartes de la izquierda internacionalista en la que yo mismo milito:
IV.
No sé en qué momento empecé a ser pragmático, pero –más allá de la frase célebre– sí que creo que la única lucha que se pierde es la que se abandona. En un mundo en el que lo insostenible hace tiempo que se convirtió en rutina (el cambio climático, genocidios, corrupción a todos los niveles, etc.), nos necesitamos vivos. Y vivos no es una manera de hablar: es la condición primera para ser agentes transformadores. Es verdad que a nivel de marketing emocional vende más un “to die by your side/ is such a heavenly way to die”, pero no estamos para andarnos con romanticismos. No con todo lo que tenemos por delante; no con todo lo que ya sabemos; no en 2024.
[Atención: el título de este post hace referencia a una canción de la banda estadounidense Panic! At The Disco que, para ser honesto, siempre me han parecido insoportables].