El Tiny Desk de Doechii: la vida estallando en tu cara
Dos millones de personas ya han atendido boquiabiertas a la exhibición musical, poética y racial más sobresaliente de 2024. La sensación es que todo lo importante de la vida está representado ahí.
Diez mujeres negras, sonrientes, relucientes, apelotonadas en un espacio insuficiente para albergar tanto talento, tanta fuerza, tanta música. Tiny Desk –el proyecto audiovisual que se ha convertido en el buque estrella de la radio pública estadounidense, NPR– lleva años siendo uno de “mis rincones favoritos de internet” (en palabras de Taylor Swift), pero jamás había sentido un puñetazo en la cara como el que recibí a principios de esta semana, cuando le di al play en vídeo que he pegado bajo estas líneas.
Sentado junto a mis hijas, disfrutando del vídeo mientras lo proyectábamos contra la pared del salón –haciendo así una excepción a la regla que tienen Aurora (6) y Matilda (casi 5) de no ver pantallas hasta los viernes por la tarde, cuando pueden elegir la película que quieran mientras cenamos una pizza–, dejé por un momento de ver las canciones y me zambullí en mi propia ensoñación, que es lo que ocurre cuando la música salta el muro que separa al entretenimiento de lo otro.
:::: ¿Cuánta lucha hay en cada una de estas diez mujeres para llegar hasta ese Tiny Desk y, en lugar de mostrarse furiosas, elegir mostrarse sonrientes? :::: ¿Quiénes de ellas vivirán con sus padres, quién con sus parejas y quién solas? :::: ¿Cuál de ellas habrá sido madre? :::: ¿Cuánto dolor hay detrás de cada verso, de cada baile, de cada acorde y cada solo de trompeta? :::: ¿Cuánta amistad hay entre ellas? :::: ¿Cómo serán sus casas? :::: ¿En qué ciudades vivirán? :::: ¿Serán todas de Los Ángeles? :::: ¿A cuánta violencia y de qué clase han sido sometidas? Porque, ¿alguien duda de que esas mujeres son, en sí mismas, juntas y por separado, un catálogo inabarcable de cicatrices invisibles? :::: ¿Habrá alguna embarazada? :::: ¿Qué se verá por la ventana de su habitación? ::::
El concierto acaba y volvemos a la rutina mientras esas preguntas se desvanecen sin esperar siquiera una respuesta. La música, a veces, funciona como una llave que abre puertas que no sabemos a dónde dan. Las chicas preguntan si lo pueden ver de nuevo pero les digo que no. Más tarde, cuando se duerman, lo volveré a ver dos veces seguidas. Doechii y sus amigas nos han pasado a todos por encima.
Esta muy guay y es una imagen muy poderosa la de todas esas mujeres tocando y disfrutando juntas. Me ha recordado a un montón de cosas que me gustan (Erykah Badu,Ms Lauryn Hill, Th Roots etc...) . Lo único que no estoy seguro de si al final todo esto es preach to the converted, es decir el publico de NPR, blanco, liberal de clase media, de mas de 30 años, que creo que es mucha parte de la audiencia de la emisora. No tengo claro que a alguien joven que escuche Glorilla, Ice Spice o Chief Keef, le llegue esto. Ojala me equivoque! Al menos a tus hijas les ha flipado! bless!!