El fascismo entra (también) por aquí
Creadores de contenido "equidistantes", más preocupados por las métricas que por el contenido que proponen, son el nuevo coladero de la narrativa reaccionaria, magufa y conspiranoica en España.
No es noticia que el ecosistema español de creadorxs de contenido es, salvo contadas excepciones, una colección insoportable de idiotas sin una sola buena idea a la espera de enganchar algún patrocinador (o en su defecto alguna plataforma) que les aporte en dinero lo que no son capaces de ganarse fuera del entorno digital. Pasada la primera generación de youtubers (acuérdate: elrubiusOMG, VEGETTA777, Willyrex, Alexby11, Mangelrogel o JPelirrojo –a este último se le ha visto hace un par de días haciendo una rutina de pesas en la habitación del hospital donde su pareja pasa el postparto de su primer hijo–) y superada también la primera generación de streamers (Ibai Llanos, IlloJuan o Elxokas), es el turno ahora de lxs podcasters.
Antes de seguir avanzando: todo lo que pueda yo explicar del funcionamiento del algoritmo, tanto en redes sociales como en YouTube, está contado de forma magistral en este libro que no me canso de recomendar:
La idea fuerte de The Chaos Machine (que también está traducido al español bajo el título de Las redes del caos) es que el algoritmo no favorece un contenido sobre otro basándose en términos cualitativos sino en motivos cuantitativos. Si un post en el que se glorifica al movimiento antivacunas funciona mejor que uno de corte científico, el algoritmo favorecerá el contenido antivacunas. Es muy importante saber esto para entender el panorama al que nos enfrentamos.
Volviendo al tema podcasters, me voy a centrar en tres que, por sus características, están llegando a públicos diferentes:
THE WILD PROJECT
Nadie con un mínimo de sentido común espera nada de Jordi Wild, pero no por eso deja de ser peligroso. Con 6,4 millones de subscriptores en YouTube, su lista de vídeos impide que trabaje la imaginación: MMA (mixed martial arts), nazis, conspiracionistas, ex-nazis, terraplanistas, ex-políticos, ex-delincuentes, pibes que dicen ser científicos, promocioneros de criptomonedas, etc. La presencia femenina es tan minoritaria que parece una broma. El ABC de la manosfera concentrado en un canal que intenta hacerlo pasar como contenido serio, abierto, ideal para reflexionar. La manera que tiene de preguntar y de pasarle el trapo a cualquier discurso de mierda es digna de elogio porque, ante sus ojos, cualquier zumbado merece ser escuchado. ¿Quieres saber más de Jordi Wild y de por qué es lo más tóxico de YouTube? Por supuesto:
DETECTIVE MURCIANO
Muchas risas cuando salió en La Revuelta, pero muchas menos cuando, al cabo de seis meses y pasado el empujón que le dio el programa de Broncano, empieza a entrevistar a Feijóo o a López-Miras, presidente de la Región de Murcia y también del PP. Reconozco que a mí me cayó bien durante la semana en que fue uno de los personajes más famosos de España y que no deja de ser un chaval muy joven que, además, arrastra un drama del que ojalá pueda deshacerse. Con todo y con eso, la entrevista es un cuadro, como no podía ser de otra forma, y dudo de si forma parte de una estrategia de comunicación del Partido Popular de Murcia o es pura coincidencia. Sea como sea, pura charca y ni una sola pregunta en condiciones.
EL SENTIDO DE LA BIRRA
Este es, para mí, el plot twist más inesperado de todos. El éxito ha sido amable con Ricardo Moya porque el concepto era bueno: entrevistas sin límite de horario con personas interesantes (la mayor parte de las veces). Son muy recomendables sus conversaciones con Ignatius Farray, Marc Giró, Carlos Areces (cinco horas y media entre las dos apariciones en el espacio) o Zahara. Sin embargo, de un tiempo a esta parte Moya ha debido notar que cuanto más “neutral” se volvía, más visualizaciones le llegaban, y ha acabado dando espacio a Ana Iris Simón o a Jaime Rodríguez, Director General de Airbnb en España. Esto no sería un problema si el entrevistador, en lugar de convertirse en mero amplificador de ideas dudosas e incluso falsas, hiciera el trabajo que se espera de un entrevistador: tener clara cuál es la verdad –yo qué sé, me lo invento: que Airbnb es el principal responsable de la crisis habitacional que sufren las ciudades españolas– y confrontarla. De este modo, cualquiera que acuda a El sentido de la birra sale con su narrativa reforzada. Y eso, cuando se trata de una humorista o un actor, pues ni tan mal, pero cuando se trata de intoxicadores, de creadores de opinión o de políticos, la cosa cambia y el entrevistador pasa a ser un mero colaboracionista. Con frecuencia, su total falta de conocimiento de algunos de los temas que se tratan en las conversaciones provoca momentos vergonzosos, como cuando percibes que va adaptando su opinión para complacer a quien tiene delante. Se empieza así y se acaba invitando a Soto-Ivars a colarte todo el argumentario reaccionario. Y también ha pasado.
La cultura no es neutral y, por tanto, el contenido tampoco lo es. Todos estos nuevos espacios que ofrecen contenido son herramientas políticas, lo queramos ver así o no, y eso está por encima de la voluntad de sus responsables y por encima también de la opinión de sus colaboradores. Se está dando voz a la gente que no es, silenciando de esta forma a decenas, centenares, de personas que podrían ser instrumentos de cambio. Y no está la vida como para ceder terreno. “El que pueda hacer, que haga”, fue la premisa.
A todos nos encanta reír y pasar un buen rato sin pensar en cómo enfrentarnos a narrativas reaccionarias que reman a favor del sistema, pero la estrategia –o la total ausencia de ella– de anteponer los números al contenido, es siempre una oportunidad para que se cuelen discursos que, al final, forman parte del inmenso puzzle que conforma el ideario fascista del siglo XXI.
(Y sí: Dios, patria y familia es un concepto 100% fascista, Ana Iris).
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A lo mejor este es el mayor elefante que tenemos en nuestra habitación, y no parece que preocupe a nadie. Un abrazo, Pepo.